El
Mora CF se mide esta jornada al San José Obrero (12:15 horas) con el
objetivo de regresar a la senda del triunfo tras tres jornadas sin
hacerlo y dos empates consecutivos en Las Delicias, frente al Albacete
By el Azuqueca. Los de Kiko Vilches tendrán que hacerse fuertes a pesar
de las ausencias para doblegar a un cuadro conquense que domina bien su
terreno de juego, un campo de La Beneficencia de césped artificial y que
cuenta con dimensiones reducidas. En cualquier caso, es una superficie a
la que están hechos.
Desde luego que el entrenador de los toledanos no ve nada sencilla esta
visita, a pesar de que reconoce que necesitan sumar la victoria para no
verse de nuevo en problemas. Y es que, al Mora le está costado en
exceso encontrar una racha buena con la que espantar los fantasmas y
mirar a la parte alta de la clasificación. Vilches ve fundamentales
estos tres puntos porque luego se enfrentarán al Atlético Ibañés en casa
y al Pedroñeras en terreno del equipo ajero antes en encarar una etapa
difícil del calendario contra conjuntos que se hallan en la parte alta y
luchando por el objetivo de disputar la fase de ascenso a Segunda
División B, como son los casos del Madridejos, el Almansa o el
Manzanares.
Para afrontar este partido, Kiko Vilches no podrá tirar de Rodri y
Alberto Cid. El primero se encuentra lesionado y el defensa sigue
recuperándose de la operación de la vista a la que fue sometido. Sin
embargo, el preparador de los aceiteros tiene dos dudas importantes como
son Javi Sánchez y Mínguez, fundamentales en su esquema. Hasta el
último momento no se conocerá si pueden participar, aunque tienen
opciones.
El Mora no se fía de un San José Obrero que no atraviesa por un buen
momento de resultados. Los conquenses acumulan siete jornadas sin
conocer la derrota, así que no lo hacen desde que vencieron por por 2-0
al Munera en el campo de La Beneficencia. Desde entonces, han encadenado
cuatro derrotas y tres empates, ante el Albacete By el Ibañés en casa y
frente al Pedroñeras a domicilio. En cualquier caso, el conjunto de la
Ciudad Encantada no va a cambiar su forma de entender el juego y va a
salir con la intensidad habitual en un terreno de juego que se conoce al
dedillo.
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